A veces tenemos que ver cosas... para darnos cuenta del valor de una sonrisa, de la importancia de las caricias, de lo imprescindible que es ese hombro que enjuaga nuestro desánimo, de la poca importancia de lo material que, al fin y al cabo, lo único que hace es convertirnos en infelices. Nosotros tenemos la felicidad, nosotros tenemos la fuerza, nosotros somos los fabricantes de sonrisas; y, para eso no hace falta dinero, hace falta querer, amar locamente la vida, hasta el punto de olvidarnos del resto. La vida es el regalo, la vida es la felicidad, la vida es la luz de nuestra sonrisa... y la sonrisa es nuestra Diosa soberana, la que todo lo puede, la que todo lo consigue, la que convierte lo aburrido en armonioso, la que... hace que sobren las palabras.
Tú fantasma
Hace 3 años
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