Alguien me dijo una vez que las cosas no son como las vemos, sino como las queremos ver. Cuando comprendí el mensaje me puse manos a la obra. Cambié el zoom de mi cámara visual y comencé a ver mi vida desde otro enfoque y, como en todas las películas, si modificas la cámara, si mueves el objetivo, la película cambia.
Él era especial, yo también creía que lo era...
Mi cuerpo comenzaba a cambiar al compás del paso del invierno a la primavera. Florecía. Era el primer cambio en mi vida. Jamás pensé que eso pasaría en mis entrañas, y nunca pude adivinar cómo sería.
- ¡Laura! Ven, la comida está lista. -Gritaba mi abuela.
- Ya voy, dame un minuto. -Respondí.
- Siempre lo mismo... ¡Niña baja!, esto enfría. ¡No llevo toda la mañana cocinando para que, al final, comas todo frío. -Añadió.
-¡Qué sí! Por favor, ya voy. -Reiteré.
Cuando me acerqué la mesa estaba preparada y el almuerzo coronaba su centro.
Mi abuela siempre había sido una gran cocinera, pero los años no le habían perdonado, ni tampoco todas aquellas desgracias vividas. ¡Abuela, qué importante has sido en mi vida!.
En el mismo centro de la mesa, encima de un mantel de tonalidades azules y amarillas, descansaba una fuente con cuatro toros de salmón dispuestos en forma de flor.
-¡Qué bonito esta vez! Bueno, como siempre. Desde luego, abuelita, nunca dejarás de sorprenderme.
- Laura, mi niña, pero si es lo de siempre. ¿No ves que ya no tengo ideas?
- Lo de siempre dice...
Me encantaría que hubierais conocido a mi abuela. Era especial, mágica, misteriosa, llena de vivencias, de recuerdos, de ternura, de arte... sí, de arte. Su ilusión siempre fue ser artista, no para cantar, ni para escribir, pero sí para adornar la vida de los demás. Le encantaba ser el consuelo artístico de la gente, de hecho si ahora soy algo así es por mi abuelita.
Ella me decía, mi niña, la vida es muy bonita y muy breve para desperdiciarla, cualquier segundo es bueno, y hasta lo más nefasto tiene algo positivo. ¡Ojalá lo hubiera entendido y creído!
Las tardes pasaban rápidas y calurosas, frescas en su compañía.
En nuestra humilde casita teníamos una pequeña parcelita de cultivo donde aprovechábamos en verano para poner un diván. La huerta en pleno verano se quemaba por el exceso de calor....,era insoportable, entonces entre las dos poníamosel diván cerca de una pequeña mesa de piedra que mi abuelo había construido años atrás.
Los vivos colores de los geránios alumbraban en lugar, el olor penetraba en nuestros pensamientos, la frescura de estar una con la otra nos hacía olvidarnos del calor insoportable. Era la hora de la siesta, por lo tanto, tocaba el repaso del día a la sombra de la parra. Al contrario de lo que estareis pensando, para nosotra la hora de la siesta no era para dormir sino para charlar, para compartir nuestras cosas, era la mejor manera de soñar con los ojos abiertos, ella me enseñó a hacerlo.
Una de estas tardes tocó debate...¡Cómo me reía con ella!
-Laura, decía, tenía pensado hablarte de porqué tu madre te puso ese nombre pero creo que lo voy a dejar para otro día, hoy me interesa más saber si conoces la diferencia entre "tener suerte" y "tener buena suerte".
Mis ojos se abrieron como platos, pensé que sería una pregunta con trampa ya que, en un principio, no entendí nada.
-Sólo tengo catorce años, ¿Cómo pretendes que entienda eso? para mí es casi lo mismo.
-Cielo mío, medita por un momento, voy a la cocina a preparar un poco de té, cuando vuelva me dirás lo que has pensado. Si respondes lo que yo respondí hace setenta años a mi abuela, estarás preparada para conocer el antídoto para hacer feliz a todo el mundo, incluso a la gente hundida en los problemas más horrorosos, estarás preparada para conocer la felicidad... CONTINUARÁ
Tú fantasma
Hace 3 años
4 comentarios:
estoy esperando la continuacion.
esto es lo que yo llamo quedarme a medias.
un beso
Que bien cariño... Por fin el cuento... QUIERO MASSSSS que me quedo con la intriga.
Animo en ese camino tuyo
Te quiere
Ana p.
Guapa ¡cuánto te echo de menos! jo, vivo sin vivir en mí como Santa Teresa. TQ AP
Querida Tania,
Me emocione muchisimo con tu cuento tan bello. Me hizo recordar mi infancia cuando veniamos a un pequeño pueblo en Orense para estar con ellos todo el mes de Julio. Me encantaba venir, estar con ellos, aprender tantas cosas de la vida que solo ellos te pueden enseñar. Sus vidas no fueron faciles, sus 3 hijos marcharon buscando mejor vida. Y bueno en fin no me voy a poner a escribir mi vida pero si decirte que escribes de maravilla y si emocionas a la gente con tus palabras, pues eso te lo dice todo.
Bicos
Rose
Publicar un comentario